La incorporación de la dimensión de la discapacidad en la Responsabilidad Social de la Empresa, conocida como RSE-D comienza por reconocer al colectivo como un grupo de interés, y desde una perspectiva amplia: no sólo como empleados, sino también como clientes/usuarios, como proveedores, como accionistas e inversores, y como comunidad externa a la empresa lo que entroncaría con el ámbito de acción social.
Las grandes empresas tienen cada vez más peso en las decisiones que toman los gobiernos, comunidades y demás instituciones y tienen por tanto la oportunidad de liderar eficazmente proyectos sociales. Por otra parte, están también cada vez más expuestas a ser juzgadas y responsabilizadas por impactos negativos que generen en su entorno o por no contribuir positivamente a su mejora.
Así lo recoge el informe “Mas valor social en 2033, nuevas oportunidades para las empresas” impulsado por la Fundación de PwC y realizado con la colaboración de Ashoka. A su vez, los criterios sociales influyen cada vez mas en las decisiones de inversión de las personas y las instituciones, tanto en calidad de consumidores como de inversores.
Actualmente, las empresas gestionan sus inquietudes sociales a través de las políticas de RSE y RSE-D, que se han convertido en una exigencia para toda empresa.
Para averiguar qué significan estas políticas de Responsabilidad social empresarial (RSE) y Responsabilidad social de la Discapacidad (RSE-D) es necesario acudir a las definiciones que en la Unión Europea se han ido elaborando.
La Resolución del Parlamento Europeo, de 13 de marzo de 2007, sobre la responsabilidad social de las empresas: una nueva asociación, recogiendo la definición formulada por la Comisión, define la RSE como la integración voluntaria de las consideraciones medioambientales y sociales en las actividades empresariales, además de las exigencias jurídicas y las obligaciones contractuales.
De esta definición extraemos dos características:
1.- La voluntariedad: las políticas de RSE deben promoverse por derecho propio y no como sustitución de una reglamentación adecuada en otros ámbitos, ni como intento encubierto de introducir legislación, tal y como recoge la Resolución Europea. La integración de las cuestiones sociales y medioambientales en las empresas va más allá del cumplimiento de las normas y obligaciones.
2.-El objeto: lograr una contribución mensurable y transparente de las empresas en la lucha contra la exclusión social y la degradación ambiental; o lo que es lo mismo, que en el proceso de toma de decisiones se valore el impacto de sus acciones en la sociedad, tal y como ha quedado recogido en la nueva estrategia europea en materia de RSE del año 2011, definiendo la RSE como la responsabilidad de las empresas por sus impactos en la sociedad.
Las empresas y corporaciones por la integración de los intereses sociales y medioambientales en su actividad empresarial demuestran su responsabilidad con dichos intereses, mejorando la imagen de la marca y obteniendo más rentabilidad de sus productos. La RSE define un modelo de empresa líder que responde a las actuales demandas de la sociedad.
¿Qué es la RSE-D? Responsabilidad Social Empresarial hacia la Discapacidad
Es la inclusión en la RSE de la discapacidad; gestionando desde la RSE-D los intereses de las personas con discapacidad, siendo el objetivo prioritario la igualdad de oportunidades y la no discriminación por razón de la discapacidad.
A los beneficios que obtienen las empresas que adoptan la RSE que hemos mencionado anteriormente, cuando las empresas cuentan con los intereses de las personas con discapacidad hay que agregar como valor añadido la innovación que aporta este colectivo, y, la diversidad, siendo esta un valor en alza en la gestión de las empresas.